viernes, 17 de junio de 2011

Amor dulce

Hay un secreto muy bien guardado en casa de Adelita. La repostería de campo es su especialidad: alfajores, empolvados, dulces de leche, manjar (una delicia casera) y variadas tortas.



Adelita cuida su receta y conocimientos heredados de una gran repostera cauquenina que ya descansa en paz. Me refiero a mi querida y recordada vecina, la Carmelita. Una mujer llena de amor y bondad para quienes la conocimos de cerca. Como pocas hay -hoy en dia- Carmelita tuvo un sólo hijo de su vientre pero miles más de su corazón. Preocupada de todo cuando hacía sus fiestas, hasta de los más mínimos detalles, los cuales aprendió trabajando en casa de los Pica, familia muy respetable de esta ciudad.

Con minucia y dedicación Carmelita elaboraba dulces de manjar, los famosos pecesitos y guaguitas de distintos tamaños, todos hechos uno a uno, con mano cariñosa. Los alfajores y empolvados, de la misma manera. Todos estos llenaban de alegría las caras de cientos y miles de niños de Cauquenes y de todas partes porque se vendían en locales céntricos de la ciudad.


Carmelita ya no está con nosotros pero su legado, esta vez logrado en todos y cada uno de sus principios, por Adelita quien dedicó su vida a trabajar con ella y aprender a elaborar esos maravillosos dulces con el mismo amor y dedicación de su maestra.


Estos dulces que vienen desde La Colonia española se mantienen en todo su esplendor y detalle hasta nuestros días. Adelita elabora también tortas de distintos sabores, todas de bizcocho de campo, abundante y esponjoso, dulce y sabroso, y, lo mejor de todo es que puede hacer del sabor que el cliente le pida, algo díficil de lograr de reposteras de Cauquenes.


Adelita, es de personalidad afable, siempre cariñosa y sonriente, una mujer maravillosa entregada en amor a sus hijos y su trabajo que con todo su esfuerzo ha colaborado en su familia y en cuidar y proteger a esa madre postiza que le dio el maná.


El manjar que prepara Adelita no contiene ningún aditivo, es 100% natural, sin espesantes ni colorantes, es pura leche traída de Lechería de los Aravena, de vacas alimentadas en vegas cauqueninas, cuyo sabor y olor son característicos de nuestra zona. Adelita espera pacientemente que el manjar espese calentado sobre carbón de espino, por supuesto en olla de cobre. El punto lo sabe de memoria y no necesita reloj.


Los alfajores y empolvados fabricados con harina y huevos de campo se rellenan de este delicioso manjar y cada mañana están listos para ser entregados en la ciudad y mantener la sonrisa de cientos de pequeños y adultos que recuerdan su niñez cada vez que mastican un pedazo de amor dulce dejado por Carmelita...


Adelita Hormazabal, 88682567, movistar. km 4 Camino a Chanco, Callejón San Bernabé, Sector Porongo, Cauquenes.

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